Amanecer (Por Dimitri Karpov)

En esta oportunidad les traigo un escrito obsequiado por mi amigo, Dimitri Karpov. Amanecer. (NO ES CONTINUACIÓN DE MIS HISTORIAS DEL VIENTO, ES SÓLO UN CUENTO CORTO).


Ella era tan hermosa y pacífica que le resultó irresistible. Aunque percibió un sentimiento de amargura y final esperado, juntos huyeron de la soledad, que hasta el momento, era lo único conocido. Pero como no se puede vivir de las sensaciones irracionales para siempre, la realidad golpeó su puerta y separó lo que el destino había planeado tan cuidadosamente.

Nuevamente él se encontró con la soledad que estaba un tanto ofendida, había pasado mucho tiempo abandonada, esperando que los planes del destino fracasaran, para que al fin, la verdad reluciera en sus ojos.

Era una mañana lluviosa y fría, sus miradas se cruzaron nuevamente en la cama como la última vez, el vacío siempre presente en estas situaciones, oficiaba como testigo del reencuentro. Hubo un silencio absoluto, solo el viento y las gotas interrumpían el momento. Estuvieron un largo rato contemplándose, buscando las palabras adecuadas... Pero no emitieron sonido. Hasta que, en un momento, la soledad no resistió su dolor y largó a llorar desconsoladamente, las lágrimas llegaban lentamente hasta el suelo confundiéndose con la lluvia.

Sin disimular su dolor el se levanto de la cama y abrazó a la soledad como nunca antes lo había hecho, pidiendo perdón por el daño causado. Se sintió tan culpable que le agradeció los momentos en los que ella le prestó su hombro maldito para descansar, las heladas caricias maternales para apagar el fuego del dolor, las noches sin palabras dormido en su vientre.

La acarició una vez más y la miró directamente a los ojos, todavía inundados de lágrimas, de esta manera estuvieron por horas, unidos en una misma realidad, completamente sumergidos en el mundo que habían abandonado, ahora con un sentimiento reencuentro esperado por siglos. Ante semejante escena, el cielo lentamente ennegrecía ya que también resistía el llanto, pero como ya sabemos lo sentimental que es, era cuestión de tiempo para que sus lágrimas torrenciales invadieran la ciudad.

El vacío consultó al destino si esto era obra suya, pero incluso este último estaba sorprendido, ya que ni el hubiera podido idear tal acontecimiento. En ese momento todos los ojos estaban posados en esta atormentada soledad, ninguno de los dos estaba al tanto de esto. Pero no era como antes, el entendió que había algo distinto en su corazón, al percatarse de esto, el decidió soltarle la mano para vestirse, mientras explicaba el porqué de su huida, sus sentimientos de amor por una persona que creyó que lo haría feliz, pero principalmente porque se separó de ella, la persona que amaba.

La soledad ahora mucho más calmada era toda atención para él, casi como antes, pero a medida que él iba narrando sus penurias se terminó de convencer que ya no era lo mismo, definitivamente no se sentía bien de esta manera. Una vez que terminó de vestirse tomó de la mano una vez mas a la enamorada y triste soledad... solo eso bastó para que se dieran cuenta del final que se avecinaba, no hubo sonido alguno en la habitación, el mundo paró en el preciso instante en que se resignaron a la última mirada del adiós inevitable. El tomó sus cosas y se marchó un tanto cabizbajo casi dolido, pero afuera lo esperaba la autora de su nuevo futuro.

La libertad aguardaba en el umbral…