Cuando era chico estaba bastante acostumbrado a mudarme de ciudad en ciudad al poco tiempo, mi papa tenía un trabajo que le exigía hacerlo y mi mamá trabajaba como maestra sustituta, por lo que mudarnos era bastante usual, aunque esta vez era distinto.
A mi particularmente nunca me había molestado esto de mudarnos. Tal vez se debía a que nunca llegamos a estar demasiado tiempo en el mismo lugar, de hecho, esta era la primera vez que pasábamos cinco años en el mismo barrio. Pero, últimamente, tenía una extraña sensación en el pecho. Presentía que algún día, cualquier día, cuando vuelva de la escuela, mi papá iba a llegar del trabajo y nos iba a decir que nos volvíamos a mudar, en mi mente lo negaba, trataba de apartar esa idea de mi cabeza y calmar mi ansiedad… Tenía pánico de que eso llegara a pasar, a veces hasta tardaba más en volver a casa para intentar evitar el momento, como si eso fuera a cambiar en algo la realidad, y esta era que eso ya no iba a durar mucho más tiempo.
No me importaba nada, ni cambiar de escuela, ni perder a mis compañeros, ni siquiera me importaba dejar de sentir el aroma a campo que inundaba mi habitación a la mañana… Era estar lejos de ella lo que me provocaba ansiedad y angustia, dejar de sentir su calor, su voz…
Estas noches estuve teniendo un sueño recurrente, en el que estoy en una playa vacía. Es un lugar que no conozco y a lo lejos sólo se puede escuchar el sonido de las olas rompiendo lentamente, el mar está bastante calmo, casi invitando a mojar los pies. Estoy mirando al horizonte sin ningún pensamiento en la mente, con una gran paz que inunda mi ser y con una extraña sensación de melancolía cuyo origen no puedo identificar...
Dejo que mi mirada se pierda en la inmensidad del mar, de a poco el mundo se va llenando de luz. Inspiro profundamente dejando entrar la húmeda brisa de mar que refresca mi interior y sintiendo el suave viento que golpea mi cara, deseando que este momento no termine nunca. Hay alguien conmigo, miro a mi lado, es una chica, de la cual no puedo ver su cara. Sólo sé que su presencia me transmite la misma paz que todo este paisaje y que con sólo una sonrisa que me dedique podría salvarme por siempre.
El sol ya está saliendo, puedo ver como ilumina lentamente desde el infinito de la playa, como las flores se preparan felices para recibir su luz, y como el aire comienza a calentarse lentamente, tomo su mano, siento su piel, es suave y cálida, una sensación de dolor me aborda y me da ganas de llorar… Busco su mirada… La encuentro… Me despierto, la busco… Y no está.
Link a la primera entrega:
Primera entrega
2 delirios:
wow.....ger! todo un escritor profesional :) sin duda jeje.
ya sabes!!! la historia tiene que ser como te he dicho, ella misma lo pide XD
y que no termine en las proximas 3 partes eehh!!! que dureeee!!! por lo menos 8!!! ya inventaremos cosas para que haya giros en la historia jeje
un beso!!!
Inevitablemente me haces revivir recuerdos que creia muertos ...
Gracias ger =)
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