historias del viento

Life can be in any colour you like

La chica en la habitación - Parte 1

Ahí estaba ella. Parada sola en medio de la habitación. Con los ojos chispeantes, fogosos, completamente decidida a hacer lo que siempre había querido y nunca se había atrevido. Ni un vestigio de lágrima a la vista, fuerte como nunca.

Se acercó a la ventana y miró hacia la calle, necesitaba estar segura que nadie podía verla allí desde afuera. Había organizado todo al detalle, sin dejar ningún cabo suelto y nada librado al azar. Sabía que esa noche él volvería tarde y solo. Si todo fluía acorde a lo planeado no tardarían en encontrarlo, sólo que, para ese entonces, ella ya estaría muy lejos de ese maldito lugar.

Afuera y adentro todo estaba sumido en la más profunda oscuridad. La calle estaba despejada, la noche sin luna era profunda, silenciosa, absorbente. Perfecta. Unas cargadas nubes comenzaban a cubrir lo que quedaba de estrellas en el cielo casi cubierto. Ahora sólo restaba esperar. Visualizó cada parte del plan, no podía fallar. Era perfecto.

La atormentaba el mero hecho de estar en la misma habitación en donde él dormía por las noches. En donde tantas veces había tenido que permanecer sola y escondida en silencio. Miró a su alrededor analizando las paredes pobladas con fotos de niños, dibujos, juguetes y los muchos relojes de todo tipo perfectamente coordinados y colocados en orden específico. Por altura, por color, por forma y origen.
Todo aquello le traía recuerdos… terribles recuerdos. La ira y la angustia la invadieron, sintió la necesidad de destruir todo, de romper con ese orden obsesivo, enfermizo, de incendiar la habitación entera con él adentro… pero debía ser fuerte. En poco tiempo todo iba a terminar. En unos instantes la puerta de la habitación se abriría y sería el fin del suplicio.

Estaba impaciente y los segundos pasaban lentamente, el tic tac de los relojes taladraban su cerebro haciendo eco en cada rincón de su maltrecho cuerpo. Los gritos del pasado, los fantasmas, las marcas en la piel y las muchas secuelas de los abusos interminables. Todo iba a terminar esa noche. Finalmente sería libre. No más ataduras ni pesadillas, al fin… luego, un nuevo nombre, una nueva ciudad, una nueva historia. Una hoja en blanco lista para volver a empezar. Sólo quedaba hacer esto. Enterrar el pasado.

De a poco, el silencio comenzaba a torturarla, cobrando formas en su mente. Se convirtió en una bola gigante y oscura, cargada de miedos y recuerdos espantosos, amenazando con consumirlo todo. La humedad y el calor la agobiaban, sumado a los nervios y la adrenalina que se inyectaba violentamente en su organismo, elevando sus latidos y respiraciones a niveles impensados. Estuvo a punto de perder la cordura. Junto todas las fuerzas que le quedaban dentro para mantenerse firme. Respiró profundo. Había que mantener la calma. Esto era lo correcto y no podía cometer ningún error.

De repente, un ruido de llaves en la entrada de la casa corto el profundo silencio y la trajo de vuelta. El inquilino había regresado. Una puerta que se cierra. Pasos en la planta baja. En la ventana algunas gotas anunciaban el principio de una esperada tormenta.

-Ya falta poco. Se consoló, mientras se esforzaba por normalizar la respiración.

Había llegado el momento del castigo que el juicio legal nunca otorgó. Tipos como él siempre lograban salirse con la suya… al ser un juez de la corte suprema las cosas le habían resultado muy sencillas, gracias a sus contactos dentro del juzgado lo habían dejado libre rápidamente. Y, sin embargo, a ella la habían enviado a una institución psiquiátrica para “proteger su integridad física y mental”.
La fiscalía había llegado a ese veredicto alegando una carencia de pruebas que justificaran las acusaciones de las reiteradas denuncias concluyendo que, en realidad, la chica sufría de alucinaciones y debía ser internada.

Al parecer habían pasado por alto los informes de las pericias médicas y forenses que indicaban las marcas del evidente abuso que el desgraciado había dejado en ella y en el cuerpo de su pobre hermana. Tampoco parecían haber escuchado las horribles declaraciones de maltratos y violaciones que tanto ella como su hermana habían tenido que vivir, atestiguar y relatar frente a un jurado compuesto de desconocidos incompetentes, desalmados y corruptos.

Pero eso no iba a quedar así. El tiempo había pasado, ahora ya no era una niña, no tenía miedo y no iba a permitir que saliera impune. Ella tenía un plan.

Cuando era pequeña había logrado escapar junto con otros niños y juró, algún día, vengarse… Ahora era necesario hacerlo, no sólo por ella, sino para que la muerte de su hermana no fuera en vano y su alma pudiera, finalmente, descansar en paz.

-¿Quién sabe a cuantos más había sometido a sus macabros placeres? Pensó en voz alta, al tiempo en que caía en la cuenta de que al hacerlo también protegería a muchos inocentes niños de monstruos siniestros como él.

Escuchó sus fuertes pisadas al pie de la escalera. Revisó la carga de su arma. Una gota de sudor frío se deslizó lentamente por su espalda provocándole un escalofrío en el cuerpo. Sin embargo, y a pesar de su crítico estado nervioso, se mantuvo firme, en silencio. Expectante.

Contó los pasos en la escalera 1… 2… 3… 4… 5… Una pausa… 6… 7… 8… 9… 10… sólo dos más. 11… 12.

-Es el momento. Pensó y apuntó a la puerta.

Su mente se puso completamente en blanco. Agudizó sus sentidos. Mantuvo la respiración, aguardó inmóvil hasta escuchar el ruido de la perilla al girar.

De repente la puerta se abrió, una luz inundó el cuarto. Era él.

Un rayo quebró el denso aire. Un disparo, mil campanadas de los relojes anunciando la hora, un grito ahogado, un trueno ensordecedor, sangre.

Y luego, la oscuridad…

5 delirios:

Pecaré de repetitiva para decirte que esa capacidad que tenés de escribir a la deriva sobre la nada misma, ya sea con humor, con dulzua o con textos cuasi de novela de terror como este (y que con todos los estilos llegues a expresar lo que querés) hacen que seas uno de los sujetos que más me gusta leer.

Se me abre la capochia contigo. Y no se me sonrose amigo Shermi! Tómelo como un mensaje alentador :)

Un beso y otro abrazo.

 

whaaa!! que bien me cae la mujer de la historia :). una vez mas italiano....increible!!

un beso!!

 

Mierda! si que escribe bien, hombre! :D :D

PD: Comentario hinchapelotas constructivo: juez d ela corte suprema es como mucho, es dificil que un tipo así pudiers sobrevivir a un escandalo semeajnte lo más probable es que renunciara o lo renunciaran pero bue, todo e sposible, no? :) :) (pero aclaro que ese cmentario es de goloso y por si le sirve nomás.... muy bueno el cuento, rili :D

 

Mandra querido,

Tomo nota de tu sugerencia... Pero cosas así y aún peores pasaron y pasan en nuestro país, involucrando no sólo a jueces sino también a gente con mucho más poder... así que, lamentablemente, todo es posible...

Además, a nivel literario, el darle un poder de este tipo al "villano" de la historia ayuda a que el lector pueda sentirse más indignado y enojado por la terrible de la situación.

Gracias por leer y por el comentario!

Estoy ultimando unos detalles gramáticos del final y esta noche o mañana lo subo!

 

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