historias del viento

Life can be in any colour you like

La caja musical - Parte IV - Final

Una breve ráfaga de viento hizo que unas hojas entraran raudamente por la ventana. Me levanté de la cama para cerrarla, ya que comenzaba a refrescar. Pero, a medida que me acercaba se iba tornando cada vez más fuerte y constante. A tal punto que comenzó a arremolinarse y a levantar por el aire todo cuanto se encontraba desparramado en la habitación. Un millar de hojas de colores que, al principio tenía tonos alegres, papeles, hojas de libros y polvo giraban alrededor mío.

El viento sopló más fuerte, impidiendo que cumpliera con mi cometido de cerrar la ventana, el remolino de cosas se fue ennegreciendo, tanto que poco a poco la luz se fue perdiendo.

Lo primero que se esfumó fue la cama. Seguida por los muebles y el revestimiento de los muros que, a su vez comenzaron a hacerse cada vez más altos y anchos, hasta que el techo, la ventana, la puerta y la pared frente a mi desaparecieron de mi vista. Los decibeles del ruido se volvieron demasiado elevados tanto que, aún cubriendo mis oídos, era imposible no escucharlo y la música que tan bien me hacía, desapareció.

Entonces supe que el ruido venía desde mis adentros.

Junté lo que me quedaba de fuerzas para gritar. Pero la desesperación se apoderó de mí al notar que a duras penas un sonido sordo salía de mi boca y se perdía en medio del caos. El remolino de sombras se dispersó y yo comencé a caer a un vacío cuyo fondo parecía estar siempre lejos. Las paredes que me rodeaban se alejaron, haciendo que el espacio en el que me encontraba se hiciera cada vez más grande y oscuro.

Y luego, sin aviso. Silencio. El viento cesó, la música ya no estaba, pero al menos el ruido ensordecedor tampoco. Me encontré cayendo dentro de esa habitación enorme, abandonado, rodeado únicamente de lo que yo creía cuatro paredes interminables, implacables, vacías. Encerrado en la más absoluta y agobiante nada. Acompañado únicamente por mi peor enemigo. Mi propio ser. El ruido de mi propia mente, generado por los pensamientos más ocultos y oscuros que me llevaban a abandonarlo todo y entregarme a la desesperación.

El tiempo de la caída es imposible de determinar. Puede que hayan sido algunos segundos, pero como saberlo… En la dimensión en la cual me encontraba daba la impresión de que las leyes de la física conocida no se aplicaban. A juzgar por el viento que pegaba en mi cara, la velocidad a la que caía era impresionante. Y al mismo momento que mi mente se hundía cada vez más, sin embargo, el fondo no parecía acercarse.

Mi voluntad comenzó a flaquear, la desesperación dejaban paso al desencanto, la angustia y la temida resignación. Pero no iba a permitirme perder la cordura y renunciar a todo lo que me hace bien.

Comencé a revolver entre mis recuerdos algún momento feliz, algo que hiciera que me aleje de ese terrible lugar. Cerré los ojos con fuerza, apreté los dientes y los puños. Tensé por completo los músculos de mi cuerpo y luego me relajé. Respiré profundo, imaginando que me encontraba nuevamente en el bosque. El fresco aire ingresó a mis pulmones, refrescando mi ser como un vaso de agua fresca en un día de mucho calor. Volví a encontrar la paz. Estaba oculta, brillando en forma de una dorada hoja de arce en otoño, debajo de todo el caos. Se acercó a mi y yo, confiado, me aferré a ella y a todo lo que representaba.

Pronto sentí como dejaba de caer y, lentamente, una mágica fuerza me depositaba en el suelo. Con una leve sonrisa en la cara y, sin abrir los ojos. Comencé a canturrear la música que me había traído a esa casa, la melodía surgía desde mi corazón, que latía cada vez más tranquilo y seguro. La enorme habitación ya no parecía tan agobiante ni llena de nada. El miedo se vio disminuido por la tranquilidad que dominaba mi espíritu. Una suave brisa sopló, algunas hojas volaron y pude escuchar el sonido que hacían al ser llevadas por el viento. Iban a tono con las notas de la canción que, ahora sonaba más fuerte, me abrazaba, me daba calor y serenidad.

Cuando abrí los ojos ya estaba de nuevo en la habitación. Nada parecía haber cambiado en ella y, de no ser por lo que descubrí después, hubiera pensado que todo aquello se había tratado de nada más que un extraño sueño.

La noche había pasado y ya comenzaba a despuntar el día. Una hermosa luz anaranjada inundaba el cuarto y un brillo me dio en los ojos. En mis manos tenía una pequeña y delicada caja de madera oscura, bordes redondeados y dibujos dorados en relieve. Era una antigua caja musical. La examiné un poco y noté que estaba abierta. Levanté su tapa y, dentro, estaba la hoja de arce que antes me había ayudado a salir de ese lugar oscuro en el que me encontraba hasta hace a penas unos momentos. Me pregunté si la melodía habría venido de esa caja, pero no me fue posible encontrar la llave para darle cuerda.

Bajé lentamente las escaleras, emprendiendo el camino a mi casa. Recorrí una vez más las habitaciones de la morada, como despidiéndome de ella, agradeciendo por lo aprendido durante mi estadía, algún día volvería para ver si encontraba a alguien en ese lugar. Abrí la puerta de entrada y salí… Sin embargo, no esperaba encontrarme con lo que había allí.

Una chica estaba parada en el umbral, mirando hacia el bosque, de espaldas a mí. Al escucharme se sobresaltó y se dio vuelta rápidamente para mirarme. Tras lo cual me quedé estupefacto, inmóvil, hipnotizado por su belleza. Mantuvimos la mirada en silencio por unos momentos. El color de sus ojos me recordó al camino arbolado que había transitado el día anterior. Su pelo se movía delicadamente como las ramas de los árboles, al son de una mágica melodía que nos rodeaba como si nada más existiera. Sin decir palabra, nos acercamos, ella con una pequeña llave dorada en mano y yo con la caja. La introdujo delicadamente en la ranura y le dio media vuelta.

Las notas comenzaron a brotar. Era la misma tonada que me había llevado a aquel lugar y que me había salvado de la penumbra. Nuestras miradas volvieron a chocarse y supimos que, nuestros caminos estaban destinados a cruzarse en aquel umbral escuchando esa canción que nos había hechizado.

Nos tomamos de la mano y nos quedamos allí, plenos, sonrientes, mirando el amanecer de una nueva vida que, aquel día, comenzaba para los dos.

9 delirios:

no agradeci nunca por cruzarte en mi camino y volverte parte de mi vida...
Gracias Muchachito. Me haces feliz <3

 

good day people,

I'm new here baudios.blogspot.com, I am unsure where to post, hopefully its fine here this ( if this is wrong category, please move me) just stopping by to say hi. I am a full time student obtaining a degree in physical education in 1 year, lastly I want to lose pounds fast. How can I teach people when I'm not even in shape
[img]http://lose14poundsin14days.com/lose-14-pounds.gif[/img]

 

Greetings,

Thanks for sharing this link - but unfortunately it seems to be down? Does anybody here at baudios.blogspot.com have a mirror or another source?


Cheers,
Daniel

 

Volvi y te amo mas que nunca =)

Volviste?

 

Si muchachita hermosa, volví también <3

 

y te amo más que nunca ^^

 

What a wonderful article? You have described very well. How you got this idea? Great work.

 

Hello. Facebook takes a [url=http://www.onlinecraps.gd]baccarat online[/url] stick on 888 casino sell: Facebook is expanding its efforts to put rash real-money gaming to millions of British users after announcing a stance with the online gambling hard 888 Holdings.And Bye.

 

About this blog

Esta web y su contenido están protegidos por las leyes de propiedad intelectual y disposiciones de tratados internacionales, y no puede copiarse, difundirse o distribuirse sin la autorización del titular de los derechos.

Información de la licencia